Según datos de Cafés Novell, en España 7 de cada 10 hogares utilizan una cafetera de cápsulas. Aunque existen cápsulas compostables, la gran mayoría están hechas de aluminio y en su interior llevan el café. Existen de distintas formas, ya que hay cafeteras con distintos tipos de cápsulas con las que funcionar.

Estas cifras reflejan la gran cantidad de cápsulas que se pueden llegar a usar en un día y que se convierten en residuo. La mejor forma de reciclar es no generar el residuo, por eso te recomendamos optar por el café molido, que además es más económico. También hay otra alternativa: las cápsulas compostables, que contienen materiales que pueden biodegradarse en un corto período de tiempo, no dejan residuos visibles ni tóxicos y se convierten en abono.

Aun así, si prefieres optar por las cafeteras de cápsulas de aluminio de un solo uso, es importante que las recicles correctamente. A continuación, te contamos la mejor opción para reciclar este producto y también descubrirás las que debes evitar.

Todos los municipios disponen de Puntos Verdes («deixalleries» en Catalunya) abiertos a toda la ciudadanía, donde puedes llevar las cápsulas de café usadas para que las reciclen. Muchas de las empresas que fabrican cafeteras y cápsulas de café se han dado cuenta de la dificultad de reciclar estos productos, por esto están poniendo en marcha iniciativas para disminuir el daño que esto causa por el medio ambiente. Por ejemplo, Nespresso se encarga de recoger y reciclar las cápsulas usadas. Por eso, puedes llevarlas a sus tiendas si vas a adquirir nuevas. También hay supermercados, como Mercadona o Eroski, que disponen de contenedores donde tirarlas.

La organización sin ánimo de lucro Circularcaps se encarga de gestionar un sistema colectivo de recogida y reciclaje de cápsulas de café usadas. Puedes consultar el mapa donde encontrarás los puntos limpios de recogida. Esta es la mejor opción de todas las mencionadas y es importante que localices las tiendas, supermercados y puntos verdes de tu municipio para que las cápsulas se puedan reciclar.

La forma de reciclar más creativa: vaciar las cápsulas en el contenedor de la orgánica para hacer manualidades. Se pueden hacer portavelas, collares, una guirnalda de luces, marcos… todo lo que puedas imaginar. Aun así, no es la opción más sostenible; si añades materiales externos a las cápsulas, dejarán de ser reciclables.

Sí que recomendamos las cápsulas de metal reutilizables y recargables, que puedes ir rellenando de café. Son compatibles con varias máquinas y se pueden utilizar durante varios años.

Esta es la vía que más personas eligen, pero no es la correcta. Las cápsulas no son consideradas envases, sino residuos alimentarios y, en consecuencia, no entran dentro del proceso de reciclado del contenedor amarillo. Las cápsulas que se tiran a este contenedor provocan que se formen charcos de restos de café en el muelle de carga donde se vacían los camiones de recogida. Además, al comprimir el aluminio para reciclarlo, los posos de café salen a toda presión, ensucian el entorno y no se pueden reciclar.

La alternativa por la que otros optan es el contenedor gris, al tratarse de un producto que no se considera un envase y que contiene aluminio y restos alimentarios. Estos depósitos se utilizan para todos aquellos residuos que no se reciclan, pero no pueden usarse para hacer compost. Por lo tanto, las cápsulas que se depositan al contenedor amarillo o al gris no se acaban reciclando. Por eso, la opción más sostenible para poderlas reciclar es el Punto Verde.