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¿Conoces las 9 R de la Economía circular?
Te presentamos las herramientas básicas para instaurar una economía verde
Seguramente has escuchado las palabras “Economía circular”. Es un concepto del que cada vez se habla más, y que define la fórmula de trabajar de Prewaste. Se trata de un sistema que alarga la vida de los productos, manteniéndolos en circulación para que no acaben como residuos en vertederos. De esta manera, se consigue hacer frente al cambio climático y otros desafíos globales, como la pérdida de biodiversidad, los desechos y la contaminación.
El sistema actual se basa en un proceso lineal: extraemos los recursos de la Tierra para fabricar productos, los usamos y los desechamos como residuos. Para avanzar hacia una Economía circular, debemos pensar en cómo gestionamos los recursos, cómo los diseñamos, cómo los usamos y qué hacemos después con ellos. Esto es un resumen de lo que proponen las 9 R.
Las 9 R de la Economía circular
¿Cuántas acciones hacen falta para cuidar el planeta? Hace tiempo se extendieron las 3 R: reducir, reutilizar y reciclar. Pero a medida que se ha ido intensificando la emergencia climática actual, la lista se ha ampliado a las 9 R, la fórmula mágica para pasar de la Economía lineal a una Economía circular. Echemos un vistazo a cada una de ellas.
Rechazar, repensar y reducir
Es importante renunciar a aquellos productos que no sean realmente necesarios, o redefinirlos para que no haya que producirlos. Además de rechazar todos aquellos productos tóxicos, fabricar productos que sean fácilmente reutilizables o reciclables y aplicar estrategias para reducir el consumo de recursos. Por ejemplo, sobre todo para la gente más joven, ya no es necesario pedir la factura de una compra en papel, será más fácil y sostenible recibirla por correo electrónico.
También se puede repensar el modelo de negocio de los productos. Es decir, en vez de simplemente venderlos, optar por sistemas colaborativos de intercambio o fabricar productos que tengan más de una función. Esto es lo que impulsa “La Biblioteca de les Coses”, un proyecto que empezó en Barcelona y que ya se está implementando en otros municipios como Terrassa o Reus. Se trata de un espacio de préstamo de objetos entre los vecinos. Así, en lugar de comprar los productos nuevos, pueden aprovechar los que otros ya no necesitan.
Reducir implica aumentar la eficiencia en la fabricación o el uso de productos consumiendo menos recursos y materiales naturales. Eso se logra, por ejemplo, con la eficiencia energética. Es necesario que se evalúen alternativas para no tener que generar tanta energía a partir de fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, principales responsables de las altas emisiones de gases efecto invernadero.
Reutilizar, reparar, restaurar, refabricar y redefinir
Para mantener el máximo tiempo posible el valor de aquellos productos, o partes de ellos, que aún se puedan usar, estas 5 R son la clave. Nuestro objetivo debe ser siempre reutilizar aquellos productos que aún se encuentren en buen estado y puedan cumplir su función original. Si está estropeado, lo reparamos para volver a usarlo y se es demasiado antiguo, lo restauramos.
Si solo sirven algunas partes del producto, se tiene que tirar al contenedor adecuado para que los profesionales puedan aprovechar esas piezas en un producto nuevo con esa misma función. O se puede redefinir y diseñar un producto diferente que se pueda fabricar con esas piezas.
Reciclar
Este es el último peldaño de un sistema circular. Reciclar consiste en recuperar materiales de residuos y transformarlos para convertirlos en nuevos productos, materiales o sustancias. Siempre que exista la opción, se tienen que priorizar las R anteriores, que permiten mantener el recurso en valor durante más tiempo.
Recuperar
Aunque hayamos dicho que solo hay 9 R, recientemente se está añadiendo otro paso en la Economía circular: recuperar. Esto se refiere específicamente a la recuperación de energía a partir de desechos orgánicos y residuos de origen renovable. Los expertos consideran que las ganancias que se obtienen con este proceso son bastante modestas en comparación con las otras R, sobre todo a nivel económico. Por eso, aunque ya hay quien está añadiendo recuperar a la lista, de momento queda excluida del sistema de categorización de la Economía circular.
Para avanzar hacia la circularidad, es fundamental tener en cuenta estas nueve estrategias al abordar un producto, material o residuo. Por eso, la Unión Europea se ha puesto manos a la obra en un ‘Plan de acción de Economía circular’ que se adoptó en 2020. Se trata de una serie de políticas que se siguen actualizando, de hecho, este 2023 se han adoptado nuevas medidas para controlar la contaminación por microplásticos, esas partículas que tanto daño causan al planeta.