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El problema del microplástico
Los microplásticos son pequeñas piezas de plástico que miden pocos milímetros y que acaban en el medio natural (sobre todo en mares y océanos)
Pueden proceder de productos de cuidado personal, como resultado de la degradación de otros plásticos, de la polución de las ciudades, de materiales náuticos o de textiles sintéticos
Estamos delante de un problema que crece cada vez más: la producción mundial de plásticos aumenta 300 veces cada año desde 1950. Si el plástico fuera un país, éste sería la vigésima economía más grande del mundo, por encima de Argentina, Austria o Egipto. Ya no se trata de una isla de plásticos en medio del lejano océano Pacífico. Un estudio ha encontrado en el Pirineo francés una concentración de microplásticos similar a la que se puede encontrar en medio de ciudades como París.
El océano acaba convirtiéndose en un gran contenedor de microplásticos, lo que conlleva que muchas de las especies que viven allí se contaminen con ellos. Así, los microplásticos pasan del mar a los peces y de los peces a los humanos, que acabamos por ingerirlos, así como en la sal y en los sistemas de distribución de agua, tanto del grifo como embotellada.
La situación es tan grave que según un estudio de la Agencia Federal de Medio Ambiente de Austria y la Universidad de Medicina de Viena, ya se han encontrado muestras de microplásticos en heces humanas. Aunque todavía queda por saber cómo afectan a nuestra salud, se intuye que sus efectos no serán positivos. Cambiando los hábitos de consumo, minimizando el uso de plásticos, eliminando los productos de usar y tirar, maximizando la vida útil de los productos, buscando cómo reutilizar y reciclar mejor, podremos parar el crecimiento de este problema global.
Varias instituciones han comenzado ya a tomar medidas drásticas ante esta alarmante situación, como el uso de bolsas de la compra biodegradables y/o reutilizables o normativas contra los objetos plásticos de un solo uso
Tú también puedes disminuir los microplásticos con pocos cambios en tu día a día:
- Evita los plásticos de un solo uso como bolsas, platos, cubiertos de plástico y pajitas. Estos objetos son perfectamente sustituibles por otros no contaminantes y reutilizables.
- Evita bebidas embotelladas en plástico con botellas reutilizables y un filtro para el grifo.
- Elige los productos con menos envases. Los comercios a granel son una buena opción tanto para alimentación como detergentes y cosméticos.
- Lleva tus propias bolsas para la compra.
- Si tienes que usar plástico, procura usar una opción biodegradable.
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En definitiva, incorpora a tu vida diaria las 3R: reduce, recicla y, sobre todo, reutiliza.